Bestias durmientes, de Laura Tejada



Las personas de la Editorial Dorna comenzaron esta andadura en, si no estoy equivocado, agosto de 2018, con el objetivo confeso de centrarse en minorías, feminismo y LGBT+. Lo hicieron de la mano de Laura Tejada y sus Bestias durmientes, primero en versión digital y más tarde en versión papel. Laura Tejada era una de esas autoras que tenía en eternos pendientes. Su primera novela publicada, Los mundos de Taryën, ya me llamaba mucho la atención, y las buenas críticas que recibió su relato publicado en Lektu, Neven, me convencieron definitivamente de que tenía que leerla. 
Y sin embargo, ha tenido que pasar un año para ponerme con ella, aprovechando una oferta que las buenas personas de Dorna pusieron en su web. 
He llegado tarde, pero he llegado. Como se suele decir, nunca es tarde si la dicha es buena.

Si alguien la hubiera visto en el bosque habría pensado que Lisa estaba muerta. 
Así es como Laura nos introduce en la novela, de golpe y sin anestesia. Bien. No sabemos qué ha pasado, ni cómo ha llegado allí, pero es a partir de entonces cuando se empieza a construir este ambiente de paranoia y desconfianza que caracteriza a la novela. Desde que despertó, Lisa no es la misma. No sabe qué ha pasado. No es capaz de recordar esa noche. Sospecha de su vecino, que se está acercando mucho a su familia. El interrogante de lo que sucedió la noche anterior flota durante toda la novela, y no es hasta el final cuando se despejan todas las dudas. 

Bestias durmientes es un libro de sensaciones, de jugar con los sentidos, especialmente con los olores y las imágenes. Algunas descripciones me han recordado a El perfume, de Patrick Suskind, a esa habilidad extraordinaria para hacerte oler lo que lees y que contribuyen a introducirte en ese ambiente frío y obsesivo que crea la autora. 

Como dice Daniel Pérez Castrillón, parece pensado para leerse de un tirón, para ponérselo fácil a ese ambiente opresivo y manipulador en el que te adentra, y dejarte seducir por los juegos de Laura Tejada. Porque eso es básicamente lo que hace contigo. Con aire de thriller fantástico, de quién ha matado a quién, la autora te va conduciendo por distintas autovías para dar un giro final y encontrarte en un lugar totalmente inesperado. Y sin embargo, tiene sentido, y entiendes cómo has llegado allí. 
Venimos de la tierra, volvemos a la tierra, y mientras tanto, recolectamos. 
Corta e intensa, capaz de mantenerte pegado hasta el final, y con una habilidad maravillosa para removerte las tripas y hacerte oler hasta el cubo de la basura, así se puede definir Bestias durmientes. La portada, obra de Laura Merino, captura estupendamente la esencia de la novela. Inquietante, rara, y un poco asquerosa, con una abeja entrando por la boca. 

Mención aparte merecen los agradecimientos de la autora. "Las mujeres no escriben terror", dice. La propia existencia de este libro desmiente años de tradición y patrañas. Laura Tejada y sus Bestias durmientes demuestran, como muchas otras autoras, que el género fantástico y más concretamente el terror nunca ha pertenecido exclusivamente a los hombres. Si acaso, las mujeres han sido bestias durmientes. Y qué suerte verlas despertar. 

Otras reseñas


Información del libro

  • Autora: Laura Tejada
  • Editorial: Ediciones Dorna 
  • Nº de páginas: 106
  • Año de publicación: 2018
  • Precio: 3€ (ebook) - 10€ (físico)
  • Puntuación: ⭐⭐⭐⭐⭐

Comentarios

También puede interesarte: