Másters de escritura creativa: cinco autoras hablan de su experiencia.


*inserte aquí comentarios estúpidos sobre el tiempo que llevo sin escribir en el blog y excusas baratas con el fin de explicarme a mí mismo* 

¿Se puede enseñar a escribir? Ay. La eterna pregunta. El eterno debate. 

Al principio, yo también pensaba que no. Supongo que todos lo pensamos, al principio. Nos encanta pensar que los escritores no se hacen, que son tocados por la varita mágica del talento, que escriben como los ángeles porque así han nacido ellos. No hay trabajo detrás, no hay aprendizaje, solo un don innato que les lleva a escribir un obrón digno de un novel en sus tiernos veinte años. Y a partir de ahí, todo para arriba. 

Gracias a Dios, alguien se cargó esa imagen idealizada de la escritura como quien se carga un jarrón muy feo. Sí, queridos, a escribir se aprende. Vamos a dejarnos de tonterías. Como dijo Goethe, o como dicen que dijo Goethe, la buena literatura es un 95% de trabajo y un 5% de talento. Y si algo he aprendido en el poco tiempo que llevo metido en este mundo es que el talento no existe, y que si existe, es irrelevante. Lo único que cuenta es el trabajo, el curro, el aprendizaje, el hincar los codos, la determinación, el tesón, la resiliencia, esa mierda. La faena, hostia, la faena. 

A escribir se aprende. Yo también pensaba que no, pero sí. Se aprende. Claro que se aprende. Uno no nace sabiendo contar historias. 

La pregunta es dónde. 

En la actualidad, en España, contamos con infinidad de cursos y talleres, públicos y privados, online o presenciales, donde uno puede formarse en el noble arte de la escritura. Algunos más baratos, otros más caros, y como siempre, algunos mejores y otros peores, el verdadero reto consiste en distinguir el grano de la paja. Porque, así como creo con firmeza que a escribir se puede enseñar, también creo que hay mucho espabilado que quiere sacarse unos eurillos repitiendo consejos manidos que puedes encontrar gratis en Internet. Y no están los eurillos para regalarlos, amigas. 

Y hablando de regalar eurillos, hablemos de la universidad. “Ha sido muy común ver a la universidad y a la escritura como incompatibles, si no es que antitéticas”, afirma Cristina Rivera Garza. Sin embargo, en otros países, los cursos de escritura creativa han arraigado muy bien en la academia. En Estados Unidos son comunes los MFA (Máster in Fine Arts) y existen puntos clave como el Writer's Workshop de la Universidad de Iowa, de donde han salido han salido escritoras como Joyce Carol Oates. Cuando estuve estudiante en Inglaterra, de hecho, me sorprendió lo bien encajada que estaba la escritura creativa en la universidad. Yo mismo cursé un par de asignaturas sobre el tema y no solo lo tenían muy bien montado, sino que salías habiendo aprendido mucho, y con un par de oportunidades bajo el brazo. 

Muy diferente al caso español. En universidades públicas, apenas hay un grado y un par de másters que puedes cursar. Cabría preguntarse por qué esa diferencia tan abismal en el tratamiento de la escritura en los ámbitos universitarios (supongo que tendrá que ver con lo hermetísimo que es sistema universitario español), pero eso ya lo dejamos para otro día. 

En las escuelas privadas, la cosa cambia, por supuesto (“Tenemos un gran déficit de escritura desde la primaria a la universidad que hemos venido a cubrir las escuelas privadas”, dice Javier Sagarna, director de la Escuela de Escritores de Madrid). Todavía nos queda un largo camino por recorrer en lo que aceptación la escritura en la universidad se refiere. 

Y sin embargo, empezamos a repuntar. La Universidad de Navarra inauguró el primer grado de escritura creativa del país, y la Complutense de Madrid, así como la Universidad de Sevilla, lleva ya unos años con sus másteres en creación literaria. Opciones hay, si bien no muchas, pero las hay. 

De nuevo, volvemos al mismo problema del que hablábamos sobre separar el grano de la paja. Hemos decidido que queremos aprender a escribir, y queremos apuntarnos a algún lado, ¿por dónde empezar? 

En esas me vi yo hace no mucho, cuando acabé el grado y me planteé estudiar un máster de escritura. ¿Cuál? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por cuánto? Y sobre todo, ¿vale la pena? ¿Tiene salidas? ¿Sirve para algo? 

Y se me ocurrió entonces que las mejores personas para hablar de estos másters, son las personas que las han cursado. 

Os dejo con las invitadas, que son de lujo. 

PD: De antemano, un gracias como una catedral a las autoras que accedieron a responderme a estas preguntas. Vuestro tiempo y vuestro trabajo es un regalo. 




Ana Casanova, actualmente trabajando en la primera novela, dentro del género cyberpunk. Codirectora de la revista de literatura independiente de género Libros prohibidos y redactora en Windumanoth. Podéis encontrarla en Twitter y en Instagram

¿Dónde estudiaste el máster?

Estudié el Máster Universitario en Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid durante el curso 2016-2017.

¿Qué fue lo mejor del máster? ¿Y lo peor?

Lo mejor fue conocer a otros escritores en la misma situación con los que poder compartir inquietudes, crecer juntos y, por supuesto, salir a pasarlo bien. Lo otro mejor fue poder recibir las herramientas necesarias para escribir lo que yo quería escribir. El de la UCM es un máster muy abierto que atrae a novelistas, poetas, cuentistas, ensayistas, guionistas, dramaturgos y creativos publicitarios. En él todo lo que tú quieras escribir vale y te ayudan a que tus textos brillen al máximo, pero sin fórmulas mágicas y cerradas del estilo: «antes de la página tal tiene que pasar esto y lo otro, y tu protagonista tiene que hacer tal y cual cosa».
No se me ocurre nada que fuera lo peor, la verdad, fue una experiencia muy positiva.

Después de tu experiencia, ¿crees que este tipo de programas ayuda a formar a mejores escritores/as? 

Sí, por lo que he explicado más arriba. El MUEC te da alas, no te las corta para que escribas algo que se vaya a vender bien o que las editoriales vayan a encontrar rentable. Al principio quizás parece que abarca demasiado o que no te dan suficientes consejos concretos, pero a la larga es muy útil porque lo que pretenden enseñarte es a tener criterio como escritor, examinar la clase de obra que quieres escribir y planificar cómo lo harás. Otra cosa muy importante que se esfuerzan por transmitir es la importancia de ser un buen lector y leer de todo, no solo el género en el que uno escribe.

¿Crees que estos programas en la universidad tienen alguna ventaja sobre otros programas, como por ejemplo, talleres de escritura o cursos online?

Elegí el MUEC porque es un máster universitario homologado. Para mí eso era una garantía de que los profesores están muy bien cualificados y el contenido cumplía una serie de requisitos de calidad; la experiencia me ha mostrado que así es. Además, un máster homologado me abría las puertas a estudiar un doctorado más tarde, si me apetecía. Ya había hecho cursos online anteriormente en Coursera, pero quería algo de más envergadura, con más contenido y más amplio. No elegí un taller de escritura porque temía que se centrasen, como he dicho, en enseñar una fórmula muy específica para escribir un tipo de libro que quizás se vende muy bien si tienes suerte, pero no era lo que yo quería escribir. Me interesaba aprender sobre literatura desde el punto de vista de un escritor, no solo cómo escribir una novela negra, o histórica, o un thriller. Muchos de mis compañeros ya han publicado sus novelas y poemarios con editoriales independientes y están muy contentos escribiendo lo que les gusta, yo espero unirme pronto.

En general, ¿lo recomendarías? 

Sí lo recomendaría a alguien que quiere dedicarse a escribir, pero no sabe por dónde empezar. Además de las prácticas de escritura, en el MUEC también invitan a profesionales del mundo editorial como editores, correctores, agentes y abogados especializados en propiedad intelectual (además de autores publicados, por supuesto) para que el alumno tenga las nociones necesarias que le permitan publicar su obra cuando esté acabada.



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Meritxell Terrón Paz. Barcelona, 1990. Licenciada en Periodismo y con un máster en Escritura Creativa. Cofundadora de Literup y editora en Literup Ediciones. Coordinadora y autora participante de 'La isla del escritor'. Mención de Honor en el III Premio Ripley con "Sabuesos de metal". La podéis encontrar en redes por @meritxellterron. 

¿Dónde estudiaste el máster?

Estudié el Máster de Escritura Creativa en la Universidad de Sevilla (soy de Barcelona, así que me mudé allí, ya que es presencial).

¿Qué fue lo mejor del máster? ¿Y lo peor?

Considero que lo mejor fue los recursos que te enseñan. Aprendes psicología de los personajes, a mostrar y no contar, y sobre todo a oficializar la escritura, a escribir todos los días, aunque no te apetezca. Lo peor era la falta de organización interna. El director del máster tenía problemas familiares y tardaba mucho en contestar las dudas, me dieron información errónea sobre las becas… Fue un lío bastante gordo, la verdad. Ahora lo dirigen dos profesores maravillosos (una de ellos fue mi directora del TFM) e imagino que estará mucho mejor.

Después de tu experiencia, ¿crees que este tipo de programas ayuda a formar a mejores escritores/as?

Sin duda. Para mí la formación en la escritura creativa es tan necesaria como en cualquier otra forma de arte. Igual que aprendes solfeo, es necesario que tomes clases sobre cómo puntuar diálogos o cómo desarrollar conflictos. Al menos, leer muchísimos libros y blogs si no quieres/puedes permitirte un curso, pero ser autodidacta solo leyendo es como intentar interpretar Bohemian Rhapsody solo oyéndola: muy complicado si no eres un genio.

¿Crees que estos programas en la universidad tienen alguna ventaja sobre otros programas, como, por ejemplo, talleres de escritura o cursos online?


Sin duda. Para mí son mucho más completos, en clase además éramos unos 15, así que se podían resolver dudas perfectamente, y tiene una profundización que en los cursos no hallé.
Además, el TFM es la realización de una novelette, por lo que aprendes infinitamente con tu tutor/a.

En general, ¿lo recomendarías?

Sí, por supuesto. Ha sido un antes y un después en mi vida, para mejor, claro.






Concepción Perea Gómez es licenciada en humanidades y tiene un máster en creación literaria. Es escritora y lleva siete años impartiendo clases de narrativa en Caja de Letras. También preside la asociación cultural Bibliofórum que organiza actividades culturales relacionadas con el mundo de la literatura y forma parte de la organización del Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas. Es la autora de La corte de los Espejos (Fantascy, 2013) El misterio de la Caja Bethel (Fantascy 2014) y La última primavera (Runas, Alianza Editorial 2017). También coordinó la antología Cuentos desde el Otro lado (Nevsky 2017)

¿Dónde estudiaste el máster? 

Estudié en la universidad de Sevilla

¿Qué fue lo mejor del máster? ¿Y lo peor? 

Lo mejor fueron sin duda mis compañeros, aprendí muchísimo de ellos. Fue toda una experiencia ponerme en contacto por primera vez con gente que compartía las mismas ganas de escribir y de aprender, leer sus ejercicios y conocer sus opiniones sobre literatura. También fue un primer contacto con el mundo editorial, aunque fue muy superficial.

Todo curso tiene sus puntos flojos, para mí lo peor fue que algunos módulos eran excesivamente teóricos, en general no hubo un gran apoyo a los ejercicios prácticos y casi todos los profesores tenían una gran formación académica pero muy poca o ninguna como escritores. Yo siempre he pensado que nadie te enseñará mejor a escribir que un escritor.

Después de tu experiencia, ¿crees que este tipo de programas ayuda a formar a mejores escritores/as? 

Creo que la formación es vital para cualquier tipo de artista y los escritores no son una excepción. Hay muchísima gente que piensa que no se puede aprender a escribir, que la capacidad de contar historias es una especie de “don divino” que se tiene o no se tiene. Y eso es solo es cierto en parte, se pueden aprender muchas cosas y se puede mejorar mucho con una buena formación.

¿Crees que estos programas en la universidad tienen alguna ventaja sobre otros programas, como por ejemplo, talleres de escritura o cursos online?

El principal sería (si te interesa) que te dan una titulación oficial, a nivel curricular y según cuáles sean tus intereses laborales puede resultar muy interesante. Luego hay cursos y talleres que no tienen nada que envidiarle a la formación universitaria, aunque no tengas título oficial.

En general, ¿lo recomendarías?

Totalmente, aunque solo sea porque son una toma de contacto con otros escritores y porque, en algunos casos, te van a llevar a conocer la realidad editorial y las opciones que tienes como escritor. También entrarás en contacto con otras mentes creativas, que siempre es aspecto positivo. Pero sobre todo porque vas a recibir una formación, algo que es muy importante a la hora de mejorar en tu escritura.






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Me llamo Gabriel Sánchez García-Pardo y soy escritor y profesor de teatro para niños y jóvenes. Estudié Magisterio con mención en Música y cursé un Máster de Escritura Creativa.
Tengo publicadas una novela de rango middle grade llamada "Cruzamundos", un título en la colección "Tú Decides la Aventura", y mi propia colección infantil, "Lobos de Mar", cuyos dos siguientes títulos verán la luz este Otoño. Pero la novela por la que más se me conoce es El Vals de las Hadas Malditas, de fantasía oscura para un rango young adult. A mediados de Octubre saldrá a la venta mi nueva novela, El Aprendiz Silencioso, también de fantasía y de nuevo bajo el sello de Naufragio de Letras.


¿Dónde estudiaste el máster? 
Estudié el Máster de Escritura Creativa que oferta la UCM, impartida en la Facultad de Ciencias de la Información.

¿Qué lo mejor del máster?

Algunas asignaturas y profesores, y aunque suene a tópico, algunos compañeros. El reunirte con un grupo de personas de forma continuada para hablar de aquello que te apasiona y compartir tu escritura y experiencias resulta muy enriquecedor. Recuerdo con especial cariño los momentos de analizar los textos de los compañeros todos juntos. Y las visitas de algunos autores de renombre.

¿Y lo peor? 

El programa de este Máster en concreto podríamos dividirlo en 3 bloques: asignaturas relacionadas con la escritura en general, asignaturas relacionadas con estudios literarios y asignaturas de periodismo. Yo, que acudía en calidad de escritor, aproveché sobre todo las del primer bloque y algunas del segundo. Pero las relacionadas con periodismo no me interesaban tanto. Aunque debo decir que también aportaban su granito de arena en lo que a pulir estilo y formarse como escritor se refiere.
También, por poner otra pega, y como ocurre con cualquier Máster, lo peor es el precio de la matrícula. Aunque yo tuve la suerte de ser becado.

Después de tu experiencia, ¿crees que este tipo de programas ayuda a formar a mejores escritores? 

Sin duda alguna. Recuerdo ese año como un punto de inflexión en mi escritura. Todas las tardes a clase a interiorizar información, y por las mañanas tiempo libre para escribir y ponerlas en práctica. Por supuesto hay materias, temas o datos que pueden no interesarte, que tú no vas a incluir en tu novela ni a llevar a la praxis. Pero el hecho de pasarte un año tratando estos temas te ayuda a reflexionar, a madurar tu escritura, a elegir qué es lo que quieres y qué es lo que no. Hay asignaturas que han caído en el olvido. Pero hay otras cuyos apuntes todavía consulto a menudo. Sobre todo en el momento previo a la escritura de una nueva novela.
Como dato, deciros que mi TFM terminaría convirtiéndose en "Cruzamundos", mi primera novela publicada. Hasta ese punto es útil este tipo de programa.

¿Crees que estos programas en la universidad tienen alguna ventaja sobre otros programas, como por ejemplo, talleres de escritura o cursos online?

No sabría decirte porque nunca me he apuntado a un taller ni a un curso online de escritura. Como profesor de teatro sí que he hecho algún curso, y el problema de estos, que creo que se extrapola al de cualquier disciplina, es su brevedad. El profesor busca ser efectivo, hacer que el alumno sienta en muy poco tiempo una serie de progresos, y por eso recurrirá casi siempre a la misma fórmula. Al final te das cuenta de que un nuevo taller se parece tanto a los anteriores que acabas perdiendo interés. Una formación prolongada en el tiempo, sin embargo, proporciona ese proceso de maduración e interiorización del que he hablado antes. A mí me gusta hacer las cosas a fuego lento.




Javier Pavón Amo (Baena, Córdoba) estudió Publicidad y Relaciones Públicas en Málaga y realizó el Máster en Escritura Creativa en la Universidad de Sevilla. Su primera novela, «La libertad de un gorrión», nació como proyecto para el Trabajo Final del Máster. Tras esto, publicó un libro de relatos titulado «Para escribir cuando no estés». Le podéis encontrar en Twitter, en Instagram, o en su blog.

¿Dónde estudiaste el máster? 

Estudié el Máster en la Universidad de Sevilla, durante el curso 2014-2015

¿Qué fue lo mejor del máster? ¿Y lo peor? 

Lo mejor del Master fue todo: los profesores, las asignaturas, los compañeros, el resultado incluso. Lo peor, quizás, la duración: tan solo 8 meses. Pero sin duda una de las mejores experiencias de mi vida sino la mejor.

Después de tu experiencia, ¿crees que este tipo de programas ayuda a formar a mejores escritores/as? 

Sin duda. Mi decisión de hacer el Master fue, precisamente, porque no tenía formación suficiente para ser escritor. Había intentado varias veces construir una novela y siempre acababa abandonando porque llegaba a puntos sin retorno. En el Master aprendí a crear personajes, a buscar tramas y a desarrollar mis ideas de formas más eficientes.

¿Crees que estos programas en la universidad tienen alguna ventaja sobre otros programas, como por ejemplo, talleres de escritura o cursos online?

La principal ventaja del Master sobre cursos independientes es que lo imparten doctores en literatura y estudiosos del tema que están siempre volcados en el tema. Además de que también te dan la posibilidad de seguir tus estudios y llegar a un doctorado, ya que son Masteres oficiales.

En general, ¿lo recomendarías?

Sí, y de hecho lo hago constantemente. No es raro que me encuentre con mensajes en redes sociales de personas que se han enterado de que hice el Master y que me piden consejo. Lo recomiendo 100% siempre.


Las conclusiones

Supongo que ha quedado bastante claro que a escribir, como a cualquier otra cosa, se aprende. Las universidades, con sus másters, y las escuelas privadas, con sus cursos y talleres, vienen a proporcionar un conocimiento necesario e imprescindible para todo aquel que quiera contar historias. ¿Se puede aprender sin cursas programas académicos? Por supuesto. Se puede aprender mucho leyendo a otros autores, con los artículos de Gabriella Campbell, o los vídeos de Javier Miró, o incluso uno puede desarrollar esos conocimientos solito, sin ayuda de nadie. Pero al final hay que pasar por el aro. Ya sea con ayuda o sin ella, al final se tienen que aprender los fundamentos de las historias. 

Ahora, no creo que la universidad sea el único camino para aprender a escribir. Me parece muy interesante (¡e incluso necesaria!) la fusión de lo académico con la escritura creativa, y por eso me ha parecido importante centrar el artículo en ese tema. Pero desde luego que la universidad no es el único camino. Hace no mucho, Maria José Moreno escribió un artículo estupendo sobre cursos no universitarios de escritura. En algunos sitios también hay ofertas online. O si te paseas por YouTube, te puedes encontrar clases gratuitas (G R A T U I T AS) impartidas por Brandon Sanderson (EN SERIO), en un máster americano. Incluso te puedes rodear de gente que sepa mucho más que tú y de la que aprender, eso también es gratis. 

Opciones para aprender, hay. Para todo el mundo. La cuestión es elegir cuál es la tuya. 


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